El cementerio de San Martín, el mayor fossar que había en el centro de València
Hoy en día el Cementerio General de Valencia es el gran cementerio de la ciudad. Ubicado en el distrito de Patraix y con más de 100 años de antigüedad, es junto a diferentes espacios similares el encargado de dar descanso a los familiares y amigos que nos dejan pero no siempre ha sido así en nuestra ciudad.
De hecho hasta el siglo XVIII era habitual que nos encontráramos cementerios en mitad de la ciudad. Obviamente eran de pequeñas dimensiones y de hecho éstos aún siguen siendo habituales en otras capitales europeas. Basta viajar por ciudades como Londres o Zúrich para encontrar estos cementerios en mitad de urbes modernas y cosmopolitas.
Sin embargo no se llaman cementerios como tal, en Valencia recibían el nombre fossars, cementerios urbanos hoy en día impensables. Se sitúan en pequeños espacios en barrios estrechando aún más las zonas de acceso y paseo de las personas, dotando ya no solo a Valencia de un aspecto más lúgubre sino también más insalubre, eran espacios faltos de higiene. Los fossars terminarían en 1807 cuando se inauguró el Cementerio General de la ciudad y al que siguieron los demás.
El fossar de San Martín
De entre todos ellos destacaba uno, el fossar de San Martín. Por aquel entonces la calle San Vicente era muy estrecha y no la calle ancha y larga que es hoy en día. Tampoco existía la calle San Fernando y ahí se encontraba este fossar que incluía dos puertas de entra, una por la calle Calabazas, dónde ahora se encuentra el edificio de Bancaja, justo al lado del Mercado Central.
De hecho según resquicios de la época, el fossar o cementerio de San Martín compartía tapia con otro fossar, el de Santa Catalina en la proximidad de la plaza del Mercado por lo que era habitual que los viandantes y visitantes transcurrieran y pasearan por ambos fossars vecinos dando a esta zona del actual barrio del Mercat de un aspecto triste y siniestro.
Una curiosidad, ¿sabías por qué la calle Calabazas se llama así? "Calle de Calabazas" en ella había unos artesanos que fabricaban tubos con tapadera y forma de calabacillas que servían de caja para tabaco y rape y por los cuales se absorbían por los agujeros que había en su cubierta. Vamos, nada de negocios de cabalazas ni similares…