Iglesia de San Lorenzo, una joya con casi 1.000 años que pasa desapercibida en el centro de Valencia
Seguro que la sitúas con facilidad, es justo la iglesia que está delante de las Cortes a apenas unos pocos metros de la Plaza de la Virgen. Su fachada no es de las que llaman más la atención y entre esto y que ha sido eclipsada por otros monumentos más reconocidos, la Iglesia de San Lorenzo continua en un discreto segundo plano entre el patrimonio arquitectónico valenciano.
¡Y qué segundo plano! Según los historiadores podría tener casi 1.000 años de vida. Como ocurrió con otras tantas iglesias, la Iglesia de San Lorenzo también fue levantada sobre una antigua mezquita musulmana allá por el año 1238. Formaba parte de las diez feligresías de las primitivas parroquias valencianas de hecho el año 1245 ya aparece documentado como su rector Don Pedro Ximénez.
Sin embargo la Iglesia de San Lorenzo que conocemos en la actualidad no es ni mucho menos como aquel templo del siglo XIII en una Valencia medieval que nada tiene que ver con la Valencia de finales del siglo XVII, que es cuando se llevaron a cabo sendas reformas para darle su apariencia actual –concretamente durante los años 1682 y 1684- y terminaron con su estructura gótica anterior.
Esta iglesia de dos naves y 4 capillas laterales, tiene un retablo mayor llevado a cabo en 1683 por Leonardo Julio Capuz. Su retablo está fabricado en realizado en madera dorada donde podemos ver una figura barroca del siglo XVII representando a San Lorenzo y sobre los pies del retablo y sobre una mesa, la imagen de la Virgen del Rosario.
La Iglesia de San Lorenzo consta de dos puertas, a los pies de la iglesia y la otra que es la entrada habitual al templo en uno de los laterales y esta es de finales del siglo XVII. Además paseando por su exterior podemos ver en su fachada un panel cerámico realizado con azulejos de Manises que representa una escena de la aparición de Jesús a San Francisco de Asís.