La importancia de la Pechina en la Inquisición
La Petxina se localiza justo a una rampa de acceso al cauce del rio situada a la altura de la Casa de la Caridad. En realidad es un estribo de piedra, semejante a los estribos poliédricos con forma piramidal que se encuentran reforzando parte de este pretil derecho del río, sin embargo ésta este labrado y estilizado con forma de concha marina.
Nos tenemos que trasladar hasta 1928 cuando se descubre esta enorme pechina en el rio. Fueron unos areneros que trabajaban en la limpieza del cauce y, de repente, se toparon con ella. Está sepultada a unos dos metros de profundidad ya que durante siglos había sido cubierta por sedimentarios depositados por el transcurrir normal del rio pero ¿quién la llevó a cabo?
Fue en el siglo XIV cuando una fábrica situada en el cap i casal fue la encargada de llevar a cabo ciertos malecones y pretiles para la defensa de la ciudad, y en estos situó infinidad de detalles puramente ornamentales como, en este caso, la pechina que da nombre a esta calle o paseo de Valencia. Junto a ella también llevaron el frontón del Rat Penat, los bancos y asientos de los magistrados de la Junta de Murs i Valls, el banco monumental conocido como Navío situado en frente del Palacio del Temple, el Monumento a Isis, también la estatua de San Pedro Pascual y la gran Pechina.
Sin embargo la Pechina adquirió un carácter tétrico durante gran parte de su existencia. Y es que durante los años de la Inquisición -recordemos que Valencia fue tras Sevilla y Toledo, la ciudad donde más se sufrió con inquina las consecuencias de este tribunal religioso-, era el lugar donde se arrojaban los cadáveres y se quemaban a los procesados por la Inquisición.
Recordemos que la última víctima de la inquisición en Valencia fue el maestro de escuela Gaetá Ripoll, vecino de Ruzafa en 1826. Pese que la Inquisición ya no existía en aquella época, fue condenado por la Junta de Fé creada por el Arzobispo de Valencia. Un Tribunal que realizaba las mismas funciones que el Tribunal de la Inquisición.