El nicho 1501, una historia terrorífica para Halloween sucedida en València
El lugar donde transcurre esta no es otro que el Cementerio Municipal de València, ubicado en el distrito de Patraix, y en ella se mezcla el amor con la obsesión y, cómo no, el terror. Ya que sí fue una historia real como atestiguan las crónicas de la época y reúne tintes de una película propia de la noche de Halloween. El protagonista de la historia se llamaba Vicente García Valero, un joven actor de 20 años.
La novia de Vicente, Emilia Vidal Esteve, de tan solo 18 años había muerto de fiebres -algo común en la época-. De origen humilde, Emilia tuvo que ser enterrada en una fosa común. Vicente enamorado y desdichado decidió sobornar al sacerdote que había oficializado el entierro semanas antes para poder recuperar el cuerpo de su amada. Después de algunos tanteos, finalmente el joven pagaría 250 pesetas de la época (una auténtica fortuna) al sacerdote y adquirió el misterioso nicho 1501. Vicente también sobornaría al sacerdote y se haría con el cuerpo de Emilia.
En principio esta historia podía ser una bonita historia de amor pero no, es más terrorífica de lo que pensamos. Recuperado el cuerpo de Emilia la misma Nochebuena de 1877 Vicente relataba que la joven parecía dormida simplemente, sin duda cegada por el amor cuando en realidad el cadáver de Emilia se encontraba en proceso de descomposición. La obsesión de Vicente era tal que llegó a casarse con Ángela, la hermana de Emilia y tuvieron una hija a la que llamaron como su amada muerta: Emilia. Su obsesión era tal, que cada año, durante muchos años, mandaba todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho 1501 y lo adornaran de flores.
Sin embargo la pequeña Emilia también murió. Ese día el cartero llamó a la puerta y Vicente abrió la puerta con la niña en brazos, “que parecía dormida” volvió a decir. Y la historia continua, Vicente se casaría más tarde con otra hermana de Emilia, Amparo aunque en realidad lo que él rememoraba era sus bodas con Emilia, no estaba enamorado ni de Ángela, ni de Amparo. Vicente empezó a desarrollar una auténtica obsesión por todo lo terrorífico: calaveras, esqueletos…y así lo reflejaba incluso en un libro que escribió y sobre los escenarios. Se marchó a Madrid para continuar con su carrera como actor pero con la pena de estar lejos del nicho 1501…
Durante años mantuvo económicamente a distancia el mantenimiento del nicho pero un día dejó de enviar dinero por necesidades económicas. El 1 de noviembre de 1911, pasó por una administración de lotería cercana al teatro Apolo, por casualidad y compró un décimo acabado en 1501, casualidades de la vida le tocó el premio y Vicente pudo seguir pagando los arreglos de la lápida. ¿Fue una llamada de amor de Emilia?
Lo extraño también viene ahora también y es que pese a que Vicente ya moriría en la década de los 20 no se ha encontrado registro alguno sobre dónde está enterrado. En noviembre de 2015 alguien dejó un ramo en el nicho 1501 sin embargo no consta que todavía quede algún familiar de Emilia…