El agranaor y otros oficios valencianos desaparecidos
¿Aún suenan en las calles de tu barrio los gritos de El afilador? Ahora hasta estos usan la tecnología para anunciar su llegada a las calles, “Esta aquí el afiladooor” sale incluso de un dispositivo tecnológico. Eso sí, tienes suerte de que el afilador llegue a tu barrio porque quedan muy pocos en Valencia. Cuando hace apenas unas décadas era muy corriente bajar los cuchillos y las tijeras a la calle para que fueran puestas al día por este profesional.
Los tiempos irremediablemente cambian y en Valencia las cosas no podían ser de otra manera. En tiempos donde las nuevas tecnologías mandan, donde el teletrabajo está a la orden del día y donde los gigantes de las nuevas tecnologías imponen su ley, ¿alguien se acuerdan de estos oficios desaparecidos en Valencia?
El agranaor
Fue una profesión muy recurrente durante siglos, generalmente se trataba de un hombre que iba calle por calle acercándose a las casas vendiendo escobas pero sobre todo arreglándolas. Éstas solían ser de caña y claro, una escoba en los siglos XVIII y XIX no se cambiaba así como así, se arreglaba y eso que se ahorraba. Desapareció a principios del siglo XX.
Vendedor de hielo
Antes de que las neveras tuvieran su boom bien entrado el siglo XX, estos profesionales recorrían las calles de Valencia con un carruaje a bordo del cual transportaban grandes cuadrados de hielo.
La lletera
Lo mismo ocurría con los lecheros y lecheras nómadas que recorrían las calles de la ciudad. Esto hoy en día sobre todo por motivos de higiene sería impensable, antes era normal y no pasaba nada (que se sepa). Recorrían las calles llenando las botellas de la gente que esperaban al lechero con ansia.
El llanterner
Vendía y reparaba productos de hojalata por las calles de Valencia. Era normal encontrarlo en el centro de la ciudad y llegó a tener su pequeño monopolio en la ciudad debido a que la mayoría de casas tenían de este material los utensilios domésticos.
El carbonero
No existía la calefacción en Valencia y antes, sin el cambio climático tan acuciante como ahora, la ciudad tenía inviernos más fríos. Había que calentarse y nada mejor que con carbón al peso.
El pardaler
Se hizo muy popular en la Valencia de principios del siglo XX y duró hasta hace pocos años. Solía estar en las zonas más concurridas de la ciudad, como por ejemplo la Plaza Redonda y se dedicaba a vender pájaros que había criado previamente en casa.
Vendedor de melones
Exhaustos burros que transportaban un carromato por las calles de Valencia vendiendo melones, nada de ir al supermercado. Antes los melones se vendían en la calle, sobre todo para los más urbanitas.
El faroler
Acudía allá donde las autoridades y los propios vecinos le llamaban. Hoy en día prácticamente todas las farolas de la ciudad están automatizadas pero durante décadas esto no fue así. El faroler cambiando o arreglando la luz en las farolas era todo un acontecimiento en la calle.