Valencia años 30: el Hotel Metropol y el espionaje de la KGB
En la actualidad, en él se ubican oficinas, una perfumería, una conocida tienda de moda o una no menos conocida librería, pero antes hace ya 80 años ahí se levantaba el glamuroso pero enigmático hotel Metropol. Se trata de un hotel afortunado por su ubicación, a pocos pasos de la Plaza del Ayuntamiento, de la estación del norte y de la calle Colón, una de las principales y más céntricas arterias de la ciudad.
En los años 30, tras su fachada de elegancia, clase y aparente normalidad, el hotel Metropol escondía una historia más propia de las películas de espías. Era un lugar donde se urdían una serie de tramas de operaciones nacionales e internacionales, tal y como relatan Gumersindo Fernández y Enrique Ibáñez en su libro “Comercios Históricos de Valencia”.
Tras estallar la guerra civil en 1936, el Hotel Metropol hospedó a intelectuales y artistas procedentes de otras ciudades españoles, como por ejemplo Madrid. Y desde el bando republicano, se hospedó en el la misma Embajada Soviética en España y la del NKDV (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), antecedente de la policía secreta de la URSS, más conocida como KGB. Entre las personalidades, el embajador Marcel Rosemberg, el residente de la KGB Alexander Orlov, que escaparía a Estados Unidos en los años cincuenta, Lev Nikolsky, agente bielorruso del GRU, Servicio de Inteligencia, Espionaje y Servicios Secretos.
La calle Xátiva era un lugar ideal desde donde huir con la estación de tren en frente. Pero ojo, no fueron los únicos que se hospedaron en el hotel Metropol durante esos años 30, también lo hicieron las principales figuras del Gobierno republicano como Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero. Además el Metropol, fue sede del II Congreso de Intelectuales Antifascistas y sede del Ministerio de Instrucción Pública. En los años que se mantuvo activo el Metropol, entre 1931 y 1939, el edificio fue emblema de los nuevos movimientos sociales e intelectuales que surgieron en la España de entreguerra. Incluso Ernest Hemingway se hospedó en él y cuentan que en sus habitaciones escribió su novela Fiesta.