El origen de la Plaza del negrito
La Plaza del negrito es uno de los lugares más concurridos del centro de Valencia. Sea la hora que sea, está a rebosar de gente copando las terrazas colindantes y también uno de los lugares predilectos de los turistas que nos visitan.
Situada a escasos pasos de la archiconocida calle Caballeros y del palacio de la Generalitat, este rechoncho niño es ya todo un emblema en el Barrio del Carmen. Se encuentra protegido por los limoneros que adornan la plaza y descansa sobre un pedestal de piedra atento a las charlas y al bullicio de esta singular plaza valenciana.
El origen de la Plaza del negrito como tal se remonta a la época de los hermano Calatrava, que la habitaron gracias a unos terrenos donados a los Caballeros de la Orden por Jaime I después de la Reconquista. De hecho cerca de ella aún podemos encontrar un palacio barroco construido sobre otro gótico en el siglo XVIII de enrejados ventanales que decoran la calle.
En 1850 llegó el agua potable a la ciudad y con ello se crearon fuentes públicas siendo esta una de las más importante de todas, de hecho se llegó a celebrar un acto inaugural mediante la bendición de sus aguas.
Por aquel entonces sobre el susodicho pedestal de cuatro caños se colocó la figura de un niño desnudo de hierro fundido de un niño que no era negro pero por su color oscuro enseguida se conoció como “el negrito” consiguiendo cambiarle el nombre anterior Plaza de Calatrava ya de forma oficial en los años 40.