Valencia volverá a celebrar el año nuevo Chino dos años después

Cuando en Occidente se observa la luna se puede decir en broma que está hecha de queso o que se ve la figura de una persona en nuestro satélite. Sin embargo, cuando en China se mira a la luna, seguramente se ve al Conejo de Jade de pie, debajo de un árbol de casia, sosteniendo un elixir precioso. Esta leyenda tiene muchas historias de origen diferentes. Una de las más comunes comienza con el Emperador de Jade disfrazándose de mendigo. Una vez disfrazado, se embarca en un viaje para encontrar un animal digno que lo ayude a preparar el elixir de la vida. El conejo intenta voluntariamente sacrificarse como alimento para el mendigo saltando al fuego. Sin embargo, el

Emperador de Jade lo salva, por su entrega y sinceridad, y se lo lleva luego a la luna donde le ayudará a crear el elixir de la vida.

Por ello, en muchas ocasiones, se representa a la luna con la imagen del contorno del Conejo de Jade, con su mortero, mezclando el elixir divino. El Conejo de Jade crea silenciosamente el elixir de la vida

bajo un árbol de casia vecino. Debido a la pureza del palacio lunar, el Conejo de Jade no se mueve de su lugar. Gradualmente, fue apoteósico como un espíritu lunar. En la cultura china, el conejo también aparece en la Fiesta de la Luna o del Medio Otoño, otra de las celebraciones más importantes del calendario tradicional que se celebra desde hace miles de años.

El festival dura tres jornadas, entre el día 13 y el 15 del octavo mes lunar, que oscila entre el 8 de septiembre y el 8 de octubre en el calendario gregoriano.

Durante este tiempo, los chinos creen que la luna está más brillante y llena, coincidiendo con la época de la cosecha a mediados del otoño antiguo. El conejo está asociado con dicha celebración a través de leyendas sobre el lugar legendario llamado el Palacio de la Luna. Se dice que la solitaria e indefensa diosa de la luna, Chang'e, que vive en ese lugar mitológico, permite que el Conejo de Jade le haga compañía.