Uno de cada 10 estudiantes afirma ser víctima de acoso escolar
Un 9,3% de los estudiantes considera que ha sufrido acosoen los últimos dos meses y un 6,9% se considera víctima de ciberacoso. En cuanto a los acosadores, un 5,4% de los niños reconoce haber acosado a alguien y un 3,3% reconoce haberlo hecho a través de Internet o redes sociales.
"Al acoso hay que llamarlo por su nombre, es una forma de violencia. No es un juego de niños y no podemos justificarlo. Como sociedad no podemos permitirnos fallar a niños que están sufriendo situaciones de estrés o ansiedad y que, como hemos visto recientemente, a veces llegan incluso hasta el suicidio", señala Andrés Conde, director general de Save the Children España.
La encuesta también pregunta a los niños por situaciones concretas de violencia en el entorno escolar, que no tienen por qué ser casos de acoso, pero que pueden llegar a serlo y son igualmente preocupantes. Seis de cada 10 niños reconocen que alguien les ha insultado en los últimos meses, de los cuales un 22,6% afirma que ha sido de manera frecuente y más de un tercio a través del móvil o Internet. Casi un 30% de los niños afirma haber recibido golpes físicos, un 6,3% de manera frecuente.
Preguntados por sus conductas agresoras, la mitad de los estudiantes reconoce haber insultado o dicho palabras ofensivas de alguien y uno de cada tres afirma haber agredido físicamente a otro niño. Llama la atención que el principal motivo que dan los niños que practican acoso sea "que no saben por qué". La segunda causa que más veces han dado es por "gastar una broma".
Jasper tiene 20 años, sufrió acoso desde los 10 hasta los 14 años. "Sentí que no tenía apoyo de nadie... un día pedí ayuda a los profesores, lo pasaron por alto... entonces me empezaron a pegar... el bullying fue a más... los que me hacían bullying tanto físico como ciberbullying se sentían poderosos, se reforzaban entre ellos... El bullying que me hacían consistía en perseguirme hasta casa, pegarme, quitarme las cosas, mandarme cartas insultándome... Me robaban los apuntes, los libros, llegaba con moratones a casa... Empecé a aislarme, sin ganas de ir a clase, mi autoestima por el suelo...".
"Chicos como Jasper sufren la violencia cada día, pero carecen de herramientas que les permitan evitar o poner freno a estas situaciones. Los poderes públicos siempre reaccionan ante casos graves con repercusión mediática, las situaciones cotidianas de acoso permanecen invisibles y faltan medidas institucionales sistemáticas. Es necesaria una respuesta contundente y urgente. La prevención de la violencia en los niños es la mejor manera de prevenir la violencia en el mundo de los adultos", afirma Conde.