Lo mejor y lo peor de Picadilly
Situada en el número 13 de la calle dels Tomasos, a escasos metros del mercado de Ruzafa en pleno corazón del barrio, la sala Picadilly se ha consolidado como una oferta de referencia entre el público LGTB de la ciudad. En realidad, la batalla en cuanto a grandes salas se juega entre dos: Picadilly y Deseo, a esperas de ver cómo funciona la recién llegada Pichueca pero, ¿por qué ir a Picadilly? ¿qué es lo mejor que tiene esta discoteca? ¿qué debería o podría cambiar? Las opiniones son siempre subjetivas…
Lo mejor
Ubicación
La ubicación a pocos metros del centro de Valencia es sin duda uno de los beneficios de esta discoteca. No es preciso gastarse dinero en un taxi o coger el coche ya que el transporte público nocturno (el que hay en la ciudad, tampoco hay mucho más…) tiene buena combinación en el centro de la ciudad.
Precios
Los precios entran dentro de los estándares normales de cualquier discoteca, tanto en lo que a entradas se refiere como las copas. También así la calidad de éstas, mejor que en otros locales…
Invitados
Aunque tampoco es que los invitados famosos que se dejan caer por Picadilly sean dignos de “admirar”, lo cierto es que Picadilly se trabaja este aspecto: Yola Berrocal o Malena Gracia, entre una larga lista de famosos han hecho bolos en Picadilly.
Sala fumadores
Es pequeña pero al menos hay sala de fumadores en esta discoteca, todo un plus para quienes fuman y que suelen estar marginados en los locales de ocio nocturno, aunque bien es cierto que podrían salir al exterior a hacerlo…
Vintage
Ese aire vintage en su decoración puede resultar hasta cierto punto atractivo. Recuerda una de estas salas de baile de los 60 y 70 con sus sillones y espejos… podría ser algo más moderna y sofisticada, pero su decoración le da personalidad.
Varios ambientes
Además dispone de varios ambientes, uno más “heterosexual” y otro más “gay” (por clasificarlo de alguna manera), ideal para ir cambiando o para ir con algún amigo que no quiere estar toda la noche en un ambiente más gay y quiere también ligar…
Lo peor
Tamaño
El tamaño es uno de los hándicaps de esta discoteca de ambiente, incluso hasta para las personas no demasiado altas puede llegar a ser agobiante. Techos bajitos y sin demasiado espacio para moverse…
No se llena
Pese a su tamaño, algo ocurre en el ambiente valenciano que esta discoteca no se llena (Deseo 54 reúne a más gente, eso está claro), ¿los motivos?...
Mucha gente joven
La gente de más de 30 años puede no sentirse identificada con el gran número de gente joven y heterosexual que acude a Picadilly. Está claro que la tendencia va cada vez más a ambientes más mezclados pero sin embargo, si alguien con más de 30 quiere ligar con un afín a su edad o a alguien más mayor lo tiene crudo… Algo pasa cuando Picadilly no ha acabado de atraer a este target que prefiere otros locales LGTB...
Los baños
Pequeños, agobiantes y con techos revisables… qué duda cabe que falta una buena reforma de los baños en Picadilly a la altura de una discoteca media. Esto es algo importante a tener en cuenta…
La música
Varias cosas a destacar en este sentido: demasiado abuso del reggaetón por mucha moda que sea y por otro lado los cambios entre pistas resultan demasiado extraños: puedes pasar de un tema house a la Pantoja en un segundo… ¿WTF?
Apertura
Eso de abrir antes la Silent Experience que la sala “gay” es algo incomprensible cuando ésta es la que más se llena. Estar esperando a que abran la puerta es extraño e incómodo.
Fiestas temáticas
Se echan de menos fiestas temáticas como Orxata i Fartons, que suponían un aire fresco a la oferta LGTB de la ciudad. O un tardeo los domingos por la tarde. Si no, así seguimos sin ofrecer algo diferente al público...