Cómo se creó el Paseo de la Alameda
El año pasado, el Paseo de la Alameda cumplió nada más ni nada menos que 340 años. Y es que fue abierto en 1677, en un siglo de destacados cambios urbanísticos en nuestra ciudad. También fue conocido como el Prado de Valencia, ya que tenía más zonas verdes que en la actualidad.
De enormes árboles y aspecto elegante, el Paseo de la Alameda no tuvo muros que le separaron del por aquel entonces caudaloso río Turia hasta mediados del 1600. Una vez terminados estos ya a finales del años se iniciaría un periodo de acicalamiento de esta zona de Valencia llegándose a crear antes de que acabara el siglo una plaza ovalada frente al Palacio Real donde se realizaban actos populares como corridas de toros.
En 1692 el Paseo de la Alameda ya era un destacado paseo público de la Ciudad y fue en esta fecha cuando empiezan a plantarse los enormes árboles que hoy en día disfrutamos. Sin embargo este paseo continuó embelleciéndose con el paso de los años y ya en el siglo XVIII se mejoró el paseo repleto de árboles con la finalidad de que enlazara el Llano del Real con el arranque del camino que llevaba al Grao.
De esta manera La Alameda, que es como se conoce popularmente, se convertiría en un frondoso paseo de 825 metros de largo con dos calles de 15 metros de ancho para que pudieran pasar los carruajes y una calle central para paseantes. A mitad de 1700 se crearon la Ermita de la Soledad y las dos torres conocidas, aunque hoy en día la ermita ya no sigue en pie.
El peor momento del Paseo de la Alameda fue durante la Guerra de la Independencia, donde quedó prácticamente destruido: la ermita de la Soledad, los óvalos, muchos árboles… lo que propició que una vez vencidos los franceses se ordenará a principios del siglo XIX la replantación de árboles y arreglar el lugar que corrió a cargo del arquitecto Cristóbal Sales que trazó un disposición ajardinada de corte clásico y diferentes estilos.
En los XVIII y XIX era el lugar de paseo preferido por nobles y burgueses valencianos con sus carrozas. En 1932 el Ayuntamiento de Valencia alargó su longitud, formando un paseo de aproximadamente un kilómetro entre el Puente de Aragón y el Puente del Real. También peatonalizó el Puente del Mar y lo dotó de unas amplias escaleras de piedra y desde ahí hasta nuestros días, donde en la actualidad cuenta con más de un kilómetro entre el puente del Real y el puente de Aragón.