La ONG Intervención Ayuda y Emegencias (I.A.E.), la vocación de ayudar a los demás
Viuvalencia.com rinde homenaje al verdadero trabajo en equipo entrevistando a la Organización No Gubernamental (ONG) – Organización Benéfica INTERVENCIÓN, AYUDA Y EMERGENCIAS (I.A.E.), institución valenciana reconocida internacionalmente que alberga la valentía de los integrantes que la forman, personas y perros que tienen como misión intervenir en catástrofes, ayudar humanitariamente a los damnificados que las han sufrido, manteniendo siempre la esperanza de buscar a los desaparecidos como realizar terapias pioneras para personas con alzheimer o discapacidades. Sus miembros, todos ellos voluntarios, tienen en común el amor por los perros y su vocación de ayudar a los demás. Podéis visitarlos mientras entrenan previo aviso a través de ongiae@gmail.com y os puedo asegurar que os va a encantar.
C.S. - La ONG Intervención Ayuda y Emegencias (I.A.E.) ha ayudado a muchas personas y ahora, nuestros/as lectores/as quieren conoceros. ¿Os pueden visitar en el campo de entrenamiento de Algemesí? Coméntanos horarios, días de visita y dirección.
M.B. - De forma más o menos habitual recibimos visitas en nuestros entrenamientos, éstas sirven para sensibilizar a los asistentes sobre nuestra labor y para que conozcan de primera mano el trabajo que realizan los perros de rescate. Como el escenario simula el derrumbamiento de varias manzanas de edificios y está pensado para los entrenamientos no tiene una gran capacidad de asistencia para público, por ello de forma habitual nos lo solicitan a través de facebook: ong iae o correo electrónico ongiae@gmail.com y les indicamos la fecha para visitarnos. No suelen esperar mucho, puesto que nosotros entrenamos todos los martes de 18 a 21 horas y todos los sábados de 8 a 11 horas. El campo de entrenamiento y prácticas se encuentra en Algemesí, situado junto al Ecoparc, pero para localizarlo es tan sencillo como escribir "ong iae" en Maps y sale su ubicación.
C.S. - Tengo que destacar el maravilloso vínculo existente entre el guía y el perro. ¿Cómo se consigue?
M.B. - Para poder disponer de un perro de rescate hace falta una gran dedicación y constancia, ello lleva a tener que dedicar mucho tiempo a su preparación, adiestramiento y juegos, de ahí que se llegue a generar un vínculo muy fuerte entre ambos que va mucho más allá de lo que sería con un perro de compañía.
C.S. - Intervenís en catástrofes, realizáis ayudas humanitarias y simulacros. ¿Cómo superáis la presión psicológica tanto personas como canes?
M.B. - No es fácil intervenir en una gran catástrofe, pues estamos hablando de realizar un trabajo en unas condiciones muy duras tanto físicas como psicológicas, en el lugar donde la gente lo ha perdido todo, donde el número de muertos desgraciadamente desborda todo lo imaginable, donde los heridos no puede ser atendidos ni con la rapidez ni con los medios necesarios, donde las limitaciones de medios, comida y agua hacen el trabajo más duro si cabe, donde no siempre las noticias que vas a dar a las familias afectadas son lo gratificantes que nos gustarían. Superar todo esto se consigue con duros entrenamientos y simulacros, con los que preparamos a los voluntarios para poder enfrentarse a este tipo de situaciones, pero el factor principal que te hace poder seguir adelante y aguantarlo todo, es la respuesta, el agradecimiento y el trato que recibes de los propios damnificados y afectados.
C.S. - El tiempo es clave. Ante una catástrofe ¿Cómo os movilizáis y cuál es vuestro mayor obstáculo?
M.B. - Este es el principal problema ante una intervención internacional, llegar al lugar. El primer factor a tener en cuenta es el dinero, debemos estar trabajando y luchando de forma habitual para poder conseguir disponer de los fondos necesarios para utilizarlos en caso de intervención.
Para intervenir además hacen falta otras cosas entre ellas información y autorización, para ello nosotros estamos conectados a tiempo real a través de la web de catástrofes de Naciones Unidas, en ella nos llega información automática del terremoto y sus consecuencias, número estimado de fallecidos, heridos o desaparecidos, posible necesidades e información, así como el punto fundamental, momento en que el país solicita la ayuda internacional, en ese momento introducimos nuestro ofrecimiento indicando los medios y capacidades, de su aceptación depende nuestra movilización.
El siguiente factor imprescindible es encontrar el transporte para el grupo, por ello de forma urgente hay que encontrar y gestionar los billetes de avión necesarios para llegar a la zona lo más rápido posible.
Y por último está la negociación en el aeropuerto para conseguir que la compañía aérea permita cargar el material de rescate, por su sobre peso para lo normal a facturar y a los perros, un componente complicado, pues no todas las compañías llevan la bodega del avión preparada para ellos y no todas las compañías aceptan en sus normas poder llevarlos en zona de pasajeros junto a nosotros. Son momentos muy duros de negociación.
Aún con todo ello, hemos sido capaces durante estos 17 años en poder trabajar y ayudar en 14 catástrofes internacionales, llegando a ellas de forma muy rápida, como ejemplo, para nuestra intervención al terremoto de Haití, salíamos de nuestra Sede en Algemesí dirección al Aeropuerto de Madrid, con todo el material, perros y todos los trámites y gestiones realizadas, a las 5 horas exactas de producirse el terremoto.
C.S. - Quiero destacar el carácter social del equipo de voluntarios y perros, pues realizáis terapias que tratan de mejorar a personas con Alzheimer y a otros colectivos. ¿En qué consisten y a qué otros colectivos van dirigidas?
M.B. - Dentro de nuestro voluntariado, nació la idea de poder ayudar junto con los perros en otro ámbito totalmente distinto al de las catástrofes, y después de mucho estudio y preparación iniciamos en el 2004 las terapias asistidas con animales para enfermos de Alzheimer, algo totalmente novedoso en esos momentos en España.
Es difícil explicar en pocas palabras todo lo que se consigue con estas terapias, pero lo voy a intentar.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la pérdida de memoria y con ello el autoaislamiento del resto de la sociedad, esto le provoca estados depresivos y de inapetencia a la relación social y a realizar actividades que puedan ayudar a ralentizar el avance de la enfermedad. Aquí es donde entra el perro, que provoca en el enfermo una explosión de sentimientos, que van desde los recuerdos vividos con perros, hasta experimentar nuevas sensaciones al entra en contacto con ellos, pero además el perro transmite confianza y seguridad. Esto es lo que aprovechamos para trabajar las actividades colectivas encaminadas a establecer la relación participativa del grupo y destinadas a potenciar la actividad física y psicológica. Por ello se consigue mejorar el estado de ánimo del paciente, su relación con el resto de enfermos y cuidadores y trabajar actividades que puedan ralentizar el avance de la enfermedad.
Los grandes resultados nos llevaron a ir ampliando este tipo de terapias destinándolas además a niños y adultos con discapacidad intelectual.
Pero como siempre las limitaciones económicas hacen que no podamos llegar a todos aquellos que nos lo solicitan.
C.S. - Me parece muy interesante la iniciativa de cursos de educación y socialización canina. ¡Indícanos!
M.B. - Dentro de nuestra vinculación con los perros nos llevó a querer compartir nuestra experiencia y trabajo con todos aquellos que quieren mejorar su relación y habilidades con su perro, esta idea nació en el año 2000 con el desarrollo de la ley de tenencia animales en el municipio de Algemesí y transfirió al Ayuntamiento la idea de que sería mucho mejor educar que multar, se inició ese año realizando un curso con la subvención del propio Ayuntamiento y dado el éxito, en estos momentos hemos realizado en estos años más de 50 cursos destinados a ese fin, y en esta última edición hemos alcanzado la cifra de los 2.000 perros con sus dueños que han recibido esta formación que se realiza durante 2 meses a una sesión semanal.
C.S. - Habéis recorrido medio mundo realizando búsquedas de desaparecidos, pero también estuvisteis en Ginebra en una jornada de trabajo con el grupo directivo INSARAG OCHA. Oriéntanos sobre este grupo y las conclusiones de la interesante jornada.
M.B. - Al estar integrados a través de la ONU para la intervención en catástrofes internacionales, somos invitados a asistir y participar en las reuniones de su órgano directivo, como cada vez se realizan en un continente diferente, no es fácil poder asistir a ellas, en este caso como se realizaba en Ginebra y vimos muy interesante nuestra participación, allí pudimos compartir y conocer de primera mano las experiencias de forma global de los últimas grandes catástrofes y estudiar en conjunto formas de poder mejorar la efectividad de la respuesta internacional. Estos resultados llegarán a generar las bases de las mejoras en cuanto al funcionamiento y gestión de la ayuda internacional. Por ello nos sentimos satisfechos por haber podido estar allí y aportar nuestro grano de arena.
C.S. - ¿Qué has/habéis aprendido de tus/vuestras vivencias ayudando a tantas personas?
M.B. - Siempre estamos en proceso de aprendizaje y en cada una de nuestras intervenciones encuentras aspectos en los que podríamos mejorar, por ello siempre estamos evolucionando para dar cada vez una mejor respuesta. Lo importante de esto es que cada uno de nosotros también aprende y mejora, por ello se gana de forma indirecta a nivel personal y profesional, sobre todo si éste último está vinculado a la emergencia, hace que al final los resultados de una intervención llegan mucho más allá de lo que sería la atención directa a esos damnificados.
C.S. - ¿Cuándo vuelves a tu hogar qué sientes?
M.B. - Lo primero una gran felicidad, por reencontrarte con la familia, después de las duras experiencias abrazar a tus seres queridos es la mejor alegría y por supuesto la mejor terapia posible.
Cuesta volver a la rutina diaria después de una intervención, por un lado por el desgaste físico vivido y otra por el contraste emocional.
Aunque lo normal es que la realidad te arrastre rápidamente a seguir trabajando por un lado en el día a día y por otro para conseguir ayudando a los damnificados que has dejado atrás, así que de forma habitual después de una intervención en un terremoto se suceden varias posteriores de ayuda humanitaria.
C.S. - ¿La información y la prevención es la mejor defensa ante las catástrofes? ¿Cuál sería vuestra labor?
M.B. - Eso es indiscutible, pero no siempre es fácil hacerla llegar allí donde siempre es más necesario, pero trabajamos para compartir nuestras experiencias en mejorar las capacidades de respuesta de otros grupos y entidades relacionadas con la prevención y la intervención dentro y fuera de nuestro país. Incluso hemos podido sacar un vídeo divulgativo de cómo actuar ante un terremoto, que está siendo utilizado en muchos lugares del mundo.
C.S. - ¿La experiencia más bella vivida por ti y por tu equipo?
M.B. - Cualquier intervención te llena de momentos altamente gratificantes, solo la mirada fija de una víctima en el momento que la estas ayudando ya transmite unos sentimientos que compensan todos los esfuerzos, pero yo siempre recordaré la experiencia que pude vivir durante las labores de localización y rescate en el terremoto que sufrió Turquía en agosto de 1999, las condiciones para todos eran muy duras, 40 grados de temperatura desde el momento que salía el sol, los damnificados en la zona que estábamos trabajando tenían que hacer varias horas de cola para poder conseguir su ración de ayuda diaria, algo de comida y un litro de agua por persona y día. Nosotros como equipo de rescate teníamos a nuestra disposición una mayor disponibilidad de agua dado que el trabajo era muy duro en esas condiciones, por lo tanto el agua no era un problema para nosotros. Lo sorprendente era que durante los días que estuvimos trabajando en una de las zonas más devastadas del terremoto, cuando terminábamos de registrar con los perros un edificio, fueran cuales fueran las noticias que tenías que transmitir a los familiares, que por desgracia en su mayoría eran indicarles el punto donde se encontraba el cuerpo, siempre su respuesta era coger su botella de ración de agua e ir a darle de beber al perro, insistíamos en que teníamos agua, que no era necesario, intentábamos darle después otra botella de nuestra agua para ellos, pero no lo aceptaban, nos decían que era la única forma que tenían ellos de pagar el trabajo que estábamos haciendo por ellos en ese momento tan duro. Su sed a cambio de dar de beber al perro que ha registrado por ellos, esa fue la muestra de agradecimiento que más me ha marcado.
C.S. - ¿La impotencia más sentida por problemas culturales o políticos?
M.B. - Los cambios culturales nunca han sido un problema pues ante la necesidad todos somos iguales, si debes comprender y respetar a cada uno en su forma de vivir o de entender la vida. Sí hemos tenido problemas a nivel de intereses políticos, porque puede o no interesar que se ayude a cierta gente o ciertas partes de una ciudad o generar limitaciones para dejarte trabajar según hacia quien y guiarte a trabajar sin saberlo hacia una serie de gente que tiene mayores intereses políticos.
C.S. - ¿Una petición o deseo que nos transmites a quién quiera escucharte y escucharos?
M.B. - Nosotros al final somos la punta visible de una ayuda internacional ante una situación de catástrofe o una terapia canina a un enfermo, pero representamos mucho más, representamos a todos aquellos que nos están ayudando a conseguirlo, a nuestros socios, a quien nos hace un donativo, a quien nos subvenciona, a quien nos divulga, y a muchos más, quien recibe la ayuda y nos pregunta de dónde vienes y decimos de España, eso le marca para siempre, desde España han venido para ayudarme. Y al final es eso, somos ese último punto que hace llegar una ayuda a quien la necesita. Y por ello necesitamos que todos se puedan sentir identificados con nosotros y nos ayuden a seguir haciendo posible todo esto.
C.S. - ¿Un mensaje?
M.B. - La ayuda de todos no solo es necesaria en el momento que vemos en las noticias el sufrimiento de alguien, esa ayuda debe ser constante. Si alguien quiere hacerlo posible y seguirnos lo puede hacer a través de la web: www.ongiae.es, Facebook y demás redes sociales.
Fotos cedidas por la Organización No Gubernamental (ONG) – Organización Benéfica INTERVENCIÓN, AYUDA Y EMERGENCIAS (I.A.E.)
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