¿Qué había antes en el espacio que ocupa en la actualidad el Mercado Central de Valencia?
Valencia necesitaba un gran mercado que abasteciera las necesidades de una ciudad que continuaba creciendo sin parar a principios del siglo XX. Nuestra ciudad se había convertido en una de las urbes mediterráneas de mayor crecimiento poblacional en la época moderna pero a diferencia de otras continuaba sin un mercado que pudiera satisfacer las necesidades de la población.
No fue hasta 1914 cuando empiezan las obras del actual Mercado Central de la mano de los arquitectos Alejandro Soler March y Francisco Guardia Vial, unas obras que no concluirían hasta 1928 aunque ya bajo la dirección de otros arquitectos: Enrique Viedma y Ángel Romaní, inaugurándose un 23 de enero de 1928 por el mismo rey Alfonso XIII.
Sin embargo para conocer los orígenes del Mercado Central debemos remontarnos a la época musulmana tal y como recogen los libros de historia. Y es que en los extramuros de la ciudad -que recibían el nombre del arrabal de la Boatella- ya había un mercado o zoco musulmán. La cosa cambia con la conquista de Valencia por Jaume I.
En la segunda mitad del siglo XIII, éste concede un privilegio de que pueda celebrarse en esta zona, en la Boatella, un mercado con carácter semanal. Años más tarde el rey Pedro IV dio la autorización de que pudiera celebrarse a diario. Al amurallarse la ciudad, el mercado queda dentro de la ciudad. Eran puestos que se montaban de día y se retiran por la noche con lonas y maderas y donde se vendían los productos de nuestra rica huerta.
Pero Valencia crecía y no esto no era suficiente, pese a que este mercado callejero aguantó durante siglos en las inmediaciones del actual Mercado Central de Valencia. Tenemos que avanzar hasta 1838 cuando en plena desamortización de Mendizábal se derriba el Convento de las Magdalenas, justo en el espacio que ocupa el Mercado, y se crea un mercado, el Mercado Nuevo o de los Pórticos.
Éste estaba al descubierto pero tenía un pórtico de entrada que delimitaba este nuevo espacio para vender los productos de la huerta. Sin embargo el Mercado Nuevo se quedaba pequeño para una ciudad como Valencia y no solucionaba el “problema” de que la ciudad tuviera un espacio ordenado y grande para la venta de estos productos, entre otros.
Entonces se pensó derribarlo y crear el actual Mercado Central con una superficie total de 8.160 metros cuadrados con dos zonas: una para la venta del pescado y la otra para productos de huerta y salazones principalmente mientras que el sótano se usaría para la subasta de pescado.