10 usos de La Casa del Relojero para su recuperación
“Es una pena” es el comentario más repetido tanto por locales como por turistas al pasar desde la Plaza de la Reina a la Plaza de la Virgen o viceversa. El estado de La Casa del Relojero, en la estrecha calle de al lado de El Miguelete lleva décadas y décadas amenazando derrumbarse y desaparecer.
En la actualidad se encuentra apuntalada y con una serie de telas de protección para evitar la caída de cascotes encima de los miles de viandantes que pasan por debajo de ella en una de las zonas más turísticas de Valencia, el barrio de La Seu.
En el libro “Murs e Valls” de 1675, ya era mencionada La Casa del Relojero, así que ésta podría tener unos 400 años de vida. Ha sobrevivido a guerras, conflictos y a la especulación urbanística pero es el paso del tiempo su verdadero enemigo, amén de la desidia de los políticos que siguen sin realizar una obra específica para su rehabilitación.
Esta casa servía de alojamiento para el encargado de mantener en funcionamiento el reloj de la ciudad, que se encontraba por aquel entonces en un lateral del Miguelete y del que hoy en día sólo quedan los arranques en piedra del edificio que lo albergaba.
Ideas para rehabilitar La Casa del Relojero
Centro cívico y social. Esta es la idea más comúnmente aceptada y repetida en las diferentes noticias que salen sobre ella de tanto en tanto. Un centro del que disfrutar, sobre todo, los vecinos del barrio.
Sala de lectura y estudio. Es alta pero estrecha pero podía convertirse perfectamente en una sala de lectura y estudio para todas las edades y una manera de acercar el patrimonio y el centro histórico a los más jóvenes de la ciudad.
Servicio de Información turística. La Casa del Relojero luciría espléndida como un edificio entero como servicio de información turística de toda la provincia de Valencia y dónde incluso Castellón y Alicante podrían tener su espacio como lugar de promoción para el turista.
Biblioteca especializada o Cartografía. ¿Qué tal un gran edificio dedicado a mapas? ¿y una biblioteca especializada en autores valencianos a merced de los visitantes? Una manera de promocionar nuestra cultura.
Museo del mar. Qué mejor tributo a nuestra historia marítima que dedicar un Museo a la vinculación de la ciudad de Valencia con el mar. Y qué mejor que en la zona centro para el deleite de todos.
Sala de exposiciones. Los artistas valencianos se merecen una sala de exposiciones únicamente para ellos. Su ubicación es ideal y podrían también exponer los talentos emergentes muchas veces olvidados.
Academia de bailes valencianos. Cerca, en la Plaza de la Virgen, de tanto en tanto hay muestras de bailes típicos valencianos, ¿por qué no cuidar más nuestro patrimonio cultural y artístico y establecer en La Casa del Relojero una academia de bailes valencianos dónde incluso apuntarse y tomar clases?
Souvernirs valencianos. Puede funcionar tienda oficial de la ciudad en la venta de souvenirs y promocionando todo tipo de arte de cada rincón de la provincia.
Restaurante de platos valencianos. ¿Os imagináis un restaurante solo con productos y platos valencianos? Teniendo el Mercat Central cerca no lo tendría nada difícil. Un restaurante 100% autóctono en el centro de la ciudad.
Academia aprendizaje valenciano. También podría ser La Casa del Relojero una academia de idiomas… o mejor dicho, solo de aprendizaje del valenciano tanto para locales como turistas. Una apuesta por conservar nuestra lengua.