José Mota Premio K-lidoscopi de Oro en el 7 Festival de Curtmetratges de Cullera
José Mota Premio K-lidoscopi de Oro en el 7 Festival de Curtmetratges k-lidoscopi 2018 de Cullera, una iniciativa fantástica que tiene el alma en Julio Martí, que con su buen hacer y todo su equipo están dando visibilidad al cortometraje y a nuevos talentos. Viuvalencia.com quiso estar presente y también dar la enhorabuena al director de cine Fernando Colomo, por su Premio Honorífico.
C.S.: Bonita frase tienes en instagram “la risa es un alimento prodigioso para el alma” ¿Eres consciente de cuánto bien estás realizando?
J.M.: Me lo dice muchísima gente y es muy bonito, es precioso.
C.S.: Te lo tenía que decir porque lo siento.
J.M.: Tiene un último y primer, a la vez, sentido tu profesión cuando te dicen algo así. El humor es un arma de construcción masiva. Uno siente o quiere sentir que cuando hace una broma el mundo sea un poquitín mejor. Ya hay bastantes cosas alrededor que nos desagradan y nos hacen la vida un poquito más agria, entonces el humor es necesario y si uno sirve para que los demás se sientan un poquito mejor, pues yo también me siento mejor.
C.S.: Hace unos meses que entrevisté a Fernando Colomo y tanto tú como él recibís premio, pero quiero destacar que tenéis algo en común, os alegráis sinceramente de los premios que reciben los demás, es esa mezcla de nobleza y de humildad.
J.M.: ¿Me sientes como alguien sencillo?
C.S.: Sencillo y sincero y eso es bonito en esta profesión
J.M.: He intentado toda mi vida que los focos y el gran ruido de esta profesión no me deslumbren y no perder el sentido de lo que significa tener un poquito de identidad y saber quien uno es; eso tiene que ver muchísimo con lo que tú estás diciendo porque en realidad nadie somos para tanto y a la vez somos maravillosos todos, pero eso no quiere decir que vayas forzando una personalidad que no tienes o viviendo, como dice mi buen amigo Pedro Ruiz, y lleva razón, vivir una vida en playback.
C.S.: Al final todo se descubre.
J.M.: Sí, porque la gente nota lo forzado y no compensa. Es muy bonito vivir la profesión desde ahí, desde la toma de tierra, desde estar siempre pisando suelo porque tiene recompensas muy bonitas, porque lo que dices que la gente te reconozca tu trabajo como algo que ayuda a los demás es un pago.
C.S.: Reconocer el reconocimiento del público es el mejor premio y además en mi tierra.
J.M.: ¡Me siento honradísimo!.
C.S.: Creo que eres un gran mago de la sutileza que empatiza con el humor.
J.M.: Tan importante a la hora de hacer humor es lo que digas como el cómo lo digas.
C.S.: ¿Entonces eres un contador de sentimientos?
J.M.: Es que en realidad los contadores de historias somos contadores de sentimientos; algunos invitan a la sonrisa, otros a la reflexión, otros a la emotividad, otros al vacío absoluto, pero creo que es bonito y desde luego, desde el punto de vista, en este caso, es muy placentero y muy hermoso. Soy un enamorado tanto de historias que me invitan a sonreír y a reír o hacia lo emotivo o hacia la reflexión y tener ese altavoz, esa posibilidad, me parece que es un lujo y me siento me siento afortunado.
C.S.: La base de la creatividad es el talento y la improvisación y tú los tienes.
J.M.: Definirse uno a sí mismo da un poquito de vergüenza (risas), te decía antes que tan importante es lo que cuentes como el cómo lo digas pues el cómo puedes conseguir herir a alguien o no herirle, porque creo que puedes ser tan igualmente crítico y denunciar cosas entre comillas.
C.S.: ¡Ahí vamos!
J.M.: Cuidando las formas sin necesidad, lo que yo llamo mendigar risas, es meterte donde creo que no tienes derecho, en la vida personal de la gente o en el honor personal de la gente. Puedes cuestionar el desempeño público de cualquier persona y dar tu opinión pero cuando ya se refieren a historias o vivencias personales, familias, etc , he tratado siempre de no cruzar esa línea que tan solo yo me la he impuesto. No creo en lo prohibido en el humor pero sí creo que cada uno debe tener sus valoraciones y su código ético y en función a lo que tú sientes y piensas debes actuar.
C.S.: Pero es que tú no ridiculizas. Eres muy agudo cuando quieres serlo y muy sutil diciendo muchas cosas a través de diferentes personajes. Me encanta el Tío de la Vara aunque no hay que impartir justicia con la vara.
J.M.: Pero los palos físicos en la ficción son palos morales en la realidad.
C.S.: ¡Me encantaría una película dirigida con Almodóvar y tú de guionista y con tus personajes, la Blasa, el tío de la vara! ¡Cuánto podríamos reírnos de nosotros mismos y cuánto podríamos decir…!
J.M.: A través de esos personajes podríamos contar que hace muchos años este país dio la espalda a sus mayores, a sus costumbres, a su cultura anterior, a los abuelitos y sobre todo a los pueblos; eso es una falta que considero que España ha tenido en su proceder, dar la espalda a los pueblos y al mundo rural tan maravilloso que nos ha dotado de tantísima y nos dota de tanta identidad. Siempre he creído que a partir de los años 70, cuando empezó a entrar un flujo de dinero importante y una clase media empezó a establecerse, es como que la gente rehuía de su identidad rural porque le daba vergüenza Me he sentido orgulloso toda mi vida de haber nacido en mi pueblo, Montiel (Ciudad Real), un pueblo pequeñito, y siempre he dicho que en los sitios pequeños, como es mi pueblo, el no ruido de un pueblo te permite escuchar cosas que la gran ciudad no te permite oír, porque los patrones en los pequeños se repiten igual que en los grandes y sin ruido se te quedan más las cosas. Me siento muy identificado con la cultura manchega y con mi identidad que es La Mancha. Me siento súper orgulloso de donde he nacido y lo que significa mi tierra y la riqueza tanto en la retranca que tiene su humor como culturalmente. Me siento súper orgulloso y creo que debemos abrazar, quiero pensar que eso está ocurriendo mucho más ahora, o que estamos abrazando los valores y que volvemos a mirar todas las cosas pequeñas que nos dejaron nuestros abuelos, que me parecen maravillosas y un pecado haber olvidado.
C.S.: ¿Cómo te aguantas no reírte en tus parodias?
J.M.: Con gente tan buenos cómicos como Carles Castillo que es genio del humor, a veces hemos tenido que cortar grabando, es muy bonito. Creo que cuando el niño que llevas dentro no lo tienes secuestrado y le das rienda suelta eres feliz. En el momento en que tú desempeñas tu oficio, seas arquitecto, matemático, profesor, cirujano y el niño que llevas dentro lo tienes secuestrado por vivir esa vida y esos condicionamientos de mantener esa dignidad (a veces absurda), y con todos esos parapetos que nos montamos socialmente, lastran nuestra felicidad y nos castran como persona porque tienes al niño que no eres. Querer aparentar otra cosa que no eres socialmente, es verdad que todos lo hacemos un poco, pero creo que hay grados y niveles. Mucha gente que no es del todo feliz es porque el niño que llevan dentro lo tienen secuestrado.
C.S.: Cada vez me siento más cría y estoy disfrutando de la vida.
J.M.: Es así como hay que sentirse.
C.S.: ¿Proyectos futuros?
J.M.: Estoy en un par de proyectos, una película de un productor argentino, proyecto bien bonito y es una comedia romántica y luego otro proyecto con dos chicos que son directores catalanes, acaban de estrenar hace poco “Matar a Dios” que es una comedia muy recomendable, me encantó (el título es figurativo). Son dos chavales con un talento excepcional, también estoy con el especial de fin de año que dentro de quince días empiezo a grabarlo.
C.S.: ¿Tu mayor handicap es carecer de tiempo?
J.M.: Tenemos el mismo tiempo y los días duran lo mismo que cuando éramos niños, lo que pasa es que la percepción que tenemos es infinitamente más rápida. Echo de menos los veranos de cuando era un crío, eran eternos. De niño eres eterno, luego esa eternidad se va yendo, nunca mañana, siempre es ahora y nunca es mañana y siempre es hoy y “eso” se te va yendo.
C.S.: Entonces ¿lo que quieres consumir es vida?
J.M.: Quiero que pase más lento y quiero consumir vida. A veces, nos complicamos en exceso y es más sencillo de lo que pensamos. Debemos aprender a vivir el presente, aquello de la película “El club de los poetas muertos”. Carpe diem de verdad, vive el instante pero tienes que tener la mente en el aquí y en el ahora. Es complicado, no es fácil porque vivimos secuestrados por el miedo a muchas cosas, el miedo al mañana, vivir secuestrados por el futuro y por el pasado, lo que nos ocurrió, el futuro ya llegará.
Entrevista realizada por Carmela Sánchez
Fotografías realizadas por José Félix Gimeno
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