#LaVidaaPalos es la brillante amalgama de lenguajes escénicos que triunfa en el Teatro Olympia
El maestro del escenario Imanol Arias imprime su sello en la obra “La vida a Palos” acompañado del brillante y seductor actor Aitor Luna y la gran actriz, Guadalupe Lancho, que conjuga sus dotes interpretativas con su canto acompañada por el maravilloso chelo de Batio y el alma “sentía” del cantaor Raúl Jiménez. Querido público, sólo tienen este fin de semana para saborear la brillante amalgama de lenguajes escénicos que podrán sentir en “La vida a Palos” en el Teatro Olympia de Valencia. Gran texto de Pedro Atienza y Manuel Mora en el que todo empieza con un abandono para terminar con el anhelo por parte del padre que buscará la comprensión del hijo. Delicatessen para los que amamos el teatro gracias al estupendo montaje de Carlota Ferrer.
C.S.: ¿Cómo se vacía el alma en el escenario para llegar al público?
A.L.: Con la verdad y haciéndolo desde la tripa, desde el cariño y desde la sinceridad que al final, creo que es lo que hace que lleguen las cosas cuando oyes cantando como a Raúl Jiménez desde el alma y desde el orto como diría nuestro productor. Es inevitable no emocionarte y que se te pongan los pelos de punta con la música, con cualquier arte que se haga desde ahí.
G. L.: Tiene que ver con la verdad, sincerarte primero contigo mismo para llegar a la verdad de los demás. El teatro es un acto de comunión y solo desde ahí se puede conseguir.
I.A.: Cuando te enfrentas a un texto teatral primero tienes que conocerlo de una manera entera, rápida, como uno conoce sus datos personales que más frecuentemente utiliza; desde ese conocimiento se genera un espacio de tranquilidad y entonces empiezas no solo a leerlo sino a escucharlo, a ver qué dice de verdad. Todo genera un proyecto en conjunto, solamente por el hecho de hacer la ceremonia todos los días y buscar que sea perfecta todos los días. Hay que hacer una cosa muy curiosa que es olvidarte un poco del público, ni de lo que vayan a decir, porque eso le resta generosidad para el público, pero si te preocupas hacer el espectáculo, entonces sí que eres leal con el público. Este espectáculo nos hace estar muy conscientes, es muy bello, es musical, es estético, está escrito por un hombre que ha vivido tanto, ha entendido tanto, ha escrito tanto que al final se siente con la libertad de decir lo que él quiere.
R. J.: Yo soy más de cantar que de expresarme hablando. Dice Aitor que le motivó un poco, estar con ellos es exactamente igual, un elenco de profesionales, es un gustazo. Siempre intento transmitir que es de lo que se trata, lo mismo que ellos en su arte, yo intento actuar, cantando en este caso. Pero es un lujazo compartir escenario.
C.S.: Imanol, en otras entrevistas has comentado que en tus comienzos querías imitar antes que ser actor pero en ”La Vida a Palos” indicas que no es un texto que te lleve a la imitación.
I.A.: Me gustaba imitar pero no decía que era tan buen imitador sino que me gustaba, aquí intentamos encontrar un espectáculo teatral que sea verdadero pero que tenga el lenguaje que tenía el autor.
C.S.: Un tema es el anhelo del padre que busca la comprensión del hijo que un día abandonó. Aitor, desde tu papel de hijo ¿cómo consigues esa unión del padre con el hijo en el escenario?
I.A.: Dile que te trato como un padre.
A.L.: El texto, la situación en sí, meterte en esta tesitura, cuando lo veo aparecer con la cara blanca, demacrado y con el carrito, es imposible no emocionarse todos los días, lloro ahí, es devastador. He tenido la suerte de tener un padre maravilloso y no sé lo que es tener esa sensación de abandono, lo intento transmitir, es desde el juego y la empatía para con el personaje que es de lo que se trata.
C.S.: Guadalupe también realizas varios personajes en la obra y uno de ellos canta porque es una obra en la que se intercala varios lenguajes escénicos. ¿Cómo se puede empatizar tan bien para conseguir la emoción por parte del público?
G.L: Para mí la música es el lenguaje universal, no entiende de idiomas pero sí de alma. El elemento melódico va directamente a los corazones y es lo que entiende hasta un bebé que no tiene lenguaje y por supuesto, empatiza muy bien con cualquier otra expresión artística. Creo que suma, que enriquece y muchas veces es el hilo, el soporte, el latido emotivo de la función, es un privilegio poder cantar y hablar a la vez.
C.S.: Raúl el flamenco es sentimiento, es lloro, es ángel cuando interactúas con tus compañeros con un martinete, una soleá, un tango, etc.
R.J: Estoy a gusto porque la obra es muy flamenca y me siento reflejado un poco, la verdad, soy padre y tengo un niño que tiene once años.
C.S.: Aunque nunca te marchaste del teatro y lo has vivido como espectador, intentaron varias veces encontrarte para cederte un gran legado, el texto de Pedro Atienza. ¿Cómo te has reencontrado con el teatro?
I.A.: Me he encontrado estupendo. No hay que dejar, hay que intentar hacer estas cosas, si tienes posibilidad de hacer tu trabajo en algunos sitios diferentes estoy abierto y te encuentras a gusto. Es que trabajar está muy bien y uno lo que tiene que hacer es trabajar, trabajar y especular menos, trabajar y sentirse a gusto trabajando, defender el trabajo, defender los personajes, defender tu propia vida, estar con gente a tu lado con la que haces cosas.
C.S.: Imanol tus compañeros te admiran y te respetan.
I.A.: Y yo a ellos también. Por el bien del público procuramos tener la relación humana para que todo tenga un buen resultado, procuramos hacer las cosas con sentido común.
R.J: Con naturalidad.
I.A.: No tiene mucho más mérito.
C.S.: Aitor, en la Comunidad Valenciana tenemos muchos actores, desde la vocación, ¿Cómo se continua sin tirar la toalla, cuando solo te pueden pagar unos mil euros por capítulo?
I.A.: Cuando solo te dan mil euros mal.
A.L.: Si solo te dan mil euros mal (risas) y el paro no da para mucho más.
C.S.: Es una metáfora.
I.A.: Es una realidad.
A.L.: No, no, es una puta realidad, metáfora ninguna yo ahora mismo me voy al paro.
C.S.: ¿Y ahora qué?
A.L.: La caída al vacío a ver si se abre el paracaídas.
C.S.: Entonces ¿qué les dirías a los chavales y chavalas que quieren ser actores y actrices?
A.L.: Que trabajen mucho y que se muevan porque al final quedándote en tu casa... He estado en Bilbao, he estudiado allí y al final dices: Sí me quiero quedar a vivir aquí y vivir de esto y dices guay, pero sabes que te vas tener que ceñir a cierto tipo de cosas, hacer infantiles o hacer una obrita de teatro equis al mes o tener en no sé qué Ayuntamiento un grupo de teatro; más allá de eso no vas a volar. Tienes que currar, que en este caso tendrás que tener otro trabajo para ganar dinero para poder hacer “lo que tal” porque si no, no te da.
C.S.:¿ Lo puedo poner?
A.L.: Claro la situación ahora mismo está para los que están empezando y para los que no están empezando.
I.A.: Para todo el mundo.
A.L.: Ánimo para todos, no solo para los que están empezando, ahora mismo estoy empezando, me quedo en paro.
C.S.: El montaje de Carlota Ferrer tiene mucho respeto al flamenco en la obra y tú como cantaor eres su representación en la obra.
R.J: Hay un respeto desde el primer momento, te valoran y yo amo su arte y su manera de actuar, la verdad que muy bien.
I.A.: Ahora que le han dado al Café de la Morería una estrella Michelin, es el primer restaurante con espectáculo de la historia y del mundo que tiene una estrella Michelin y por supuesto el primer tablao; un día meter unos textos con tres o cuatro temas, como un número de flamenco en el que se canta y en otro se baila, pues en vez de que la danza cuente la historia, que los textos cuenten la historia así de flamenco, este asunto como una cosa especial. La comida y la cena que dan es para ocho personas diarias, es una cosa pequeñita y hacer una cosa pequeñita así también porque es muy flamenco. Vamos a llamar a la gente…
C.S.: Guadalupe ¿Por qué tiene que venir el público a saborear “La Vida a Palos” en el Teatro Olympia de Valencia?
G.L: Es un encuentro de distintas artes esenciales, el teatro es la vida misma, el capital del teatro es la vida en tiempo real y estamos muy desacostumbrados a vivir en tiempo real.
I.A.: ¡Qué bueno es eso!
G.L: Es una grandísima oportunidad de ser, de estar y de vivir el presente.
Entrevista realizada por Carmela Sánchez
Fotografías realizadas por J. Félix Gimeno
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