Dra. María Garcés-Sánchez: El desarrollo y comercialización de una nueva vacuna frente a la meningitis es una excelente noticia
El pasado 18 de octubre tuvimos la ocasión de asistir a las Jornadas en Valencia sobre vacunación de meningitis en adolescentes llevada a cabo por Pfizer, ¿a qué conclusiones se llegaron a cabo?
Hay tres bacterias que producen con mayor frecuencia meningitis en la edad pediátrica: Haemophilus influenzae, Neumococo y Meningococo. Estas bacterias viven en nuestras gargantas porque nos colonizan cuando nacemos, y pueden producir enfermedad grave sobre todo en los niños menores de 2 años, que son los que tienen un sistema de defensa más inmaduro. También pueden producirse casos en adolescentes y en personas mayores. El meningococo, además de producir meningitis, se asocia a una enfermedad muy grave llamada sepsis con mayor frecuencia. Este patógeno se asocia a brotes que aperecen de forma inesperada, sobre todo en otoño e invierno. Hace unos años no disponíamos de ninguna vacuna que fuera eficaz para proteger a nuestros niños. Afortunadamente, en los últimos 20 años, el desarrollo de vacunas denominadas “conjugadas” que tienen la capacidad de producir memoria inmunológica y, por tanto, protección en los niños más pequeños que son los más inmaduros, prácticamente ya no se producen casos de meningitis. La vacunación frente a estos patógenos ha sido un gran éxito y un hito histórico.
El desarrollo y comercialización de una nueva vacuna frente a la meningitis es una excelente noticia, y de eso trató la jornada. Esta vacuna viene a cubrir los grupos de meningococo que hasta ahora no disponian de protección eficaz. El meningococo se clasifica en 12 grupos. 5 de ellos se asocian a mayor riesgo de enfermedad grave: A, B, C, W e Y. La vacuna protege frente a 4, A, C W e Y, desde el nacimiento hasta la edad madura. En los últimos años se ha observado un incremento de casos por el serogrupo W en adolescentes, sobre todo en Reino Unido. Por ese motivo los ingleses la han introducido en su calendario. Por el momento, no hay motivo de alarma en nuestro pais y los casos de W siguen controlados. Si hubiera un incremento, las autoridades sanitarias la incluirían en el calendario gratuito. Pero desde ahora, gracias a la comercialización de la vacuna, tenemos la posibilidad de administrar la vacuna al adolescente si queremos, para portegerlo de forma individual.
¿Menospreciamos la presencia y las consecuencias de esta enfermedad?
No. Tanto para los profesionales sanitarios como para las familias, la palabra “meningitis” se asocia en todos los casos con gravedad, mortalidad o secuelas y la palabra “sepsis” todavía más. Los médicos que hemos visto casos de sepsis en nuestros niños sabemos que se trata de una enfermedad debastadora. Si no produce la muerte, deja secuelas muy importantes como sordera, ceguera e incluso amputaciones.
¿Cómo se puede desarrollar la meningitis?
Tenemos la fortuna de que se trata de una enfermedad poco frecuente, aunque muy grave. Además, no todas las personas tienen el mismo riesgo de desarrollar la enfermedad. En este momento todavía no disponemos de ningún método que nos permita identificar qué personas tienen más riesgo que otras. Existen muchas líneas de investigación en ese campo, orientadas a identificar determinantes genéticos. Es problable que a medio plazo dispongamos de pruebas para poder detectarlos. Por el momento, la estrategia para prevenir la enfermedad consiste en la vacunación.
¿Disponemos de datos de vacunación en este sentido?
En mi experiencia profesional he tenido la fortuna de poder comprobar la eficacia de las vacunas conjugadas. Yo hice mi residencia de pediatria en el Hospital La Fe en los años 90. En aquel tiempo no habia vacunas frente a la meningitis y cuando llegaba octubre todos sabíamos que iban a comenzar a aparecer casos, sobre todo en los niños más pequeños y no teníamos herramientas para poder evitarlo. En la actualidad, una meningitis es una noticia de prensa. En aquella época y en temporada invernal era algo muy común. Prácticamente se diagnosticaban uno o dos casos por guardia. En la actualidad, y gracias al calendario vacunal que disponemos de manera gratuíta, el riesgo de meningitis es infinitamente menor. Es muy importante mantener coberturas o niveles de vacunación elevados para seguir teniendo controladas estas enfermedades.
¿Cómo podemos prevenirla?
Sin duda alguna mediante la vacunación. En concreto, el meningococo C, que era el más frecuente en nuestro medio, está controlado gracias a la vacunación sistemática mediante el calendario vacunal. Es importante saber que los adolescentes son los que con mayor frecuencia trasportan al meningococo en sus gargantas y son los que trasmiten la enfermedad a los más pequeños. Es por eso que con la vacunación frente a meningococo C desde el año 2001 tanto a lactantes como a los adolescentes a los 12 años hemos conseguido eliminar la enfermedad. En la actualidad no existen casos de meningococo C en los niños. Es muy importante mantener las tasas de vacuación para que no vuelvan a aparecer casos. El segundo serogrupo en frecuencia es meningococo B. En la actualidad podemos decir que un lactante tiene un riesgo de padecer una enfermedad B en 1 caso por 100.000 niños menores de 2 años. El riesgo es menor en el adolescente, 1 caso por millón. Desafortunadamente no podemos saber aún quien tiene más riesgo de enfermedad. Por eso, la vacunación es la única herramienta que disponemos para protegernos frente a ella.
Cada vez aumenta más el número de personas que están en contra de este tipo de vacunas, ¿qué les podríamos decir?
Sinceramente, NADA. Este tipo de personas ha existido toda la vida y no suponen más de un 1 por mil de la población. Esgrimen argumentos basados en datos erróneos sin ninguna evidencia científica y sin conocimiento en la materia. Curiosamente son los que cuando hay una epidemia y están en riesgo, se vacunan los primeros. Son egoistas, se benefician de la protección que produce la vacunación del resto de la población. Las vacunas son muy seguras. Son los medicamentos a los que se les exige más seguridad en los estudios que se realizan antes de que se comercialicen. Los pediatras exigimos esa seguridad para nuestros niños, y las vacunas han demostrado ser medicamento más seguros sin duda alguna que un jarabe de la tos, que parece tan inocuo. No aprovechar la oportunidad de vacunarse para evitar una enfermedad es comparable a conducir sin cinturón o llevar a tu hijo sin silla de seguridad en el coche. Puede que no te pase nada, pero si te pasa podías haberlo evitado mediante la prevención.