¿Cuándo surgieron las fallas infantiles?
Tenemos que esperar hasta finales del 1800 para poder ver por las calles de Valencia fallas infantiles. Los niños empezaron a emularon a los mayores y crearon sus pequeñitas fallas cerca de los monumentos grandes. Éstas estaban hechas de muñecos, trastos y cajas de cartón pintadas para la ocasión.
Esto fue copiado por comisiones vecinas y extendiéndose por buena parte de Valencia y los adultos decidieron que estas pequeñas fallas también se quemaran la noche de San José. Y es que según cuentan las crónicas locales, los niños iban casa por casa pidiendo materiales y trastos para poder montar sus monumentos, de hecho muchos dicen que de esta acción viene el famoso tema: “¿Hi ha una estoreta velleta ‘pa’ la falla de Sant Josep, el tio Pep?”
Sin embargo la complejidad que poco a poco adquirieron las fallas, sobre todo las adultas, obligó a establecer un primitivo reglamento que regulara los monumentos y en los años 50, las fallas infantiles se prohibieron al menos tal y como se conocían hasta ahora.
Pasaron a “profesionalizarse” y dejaron de ser algo gestionado solo por niños. En 1952 se obligó que cada falla adulta tuviera una falla infantil si pudiera económicamente claro. Los niños perdieron el control absoluta de la creación de su falla pero ganaron en seguridad y en monumentos cada vez más sofisticados y bonitos.
De hecho esa antigua tradición fallera en niños sigue presente por ejemplo en las fallas de los colegios donde son los falleros y los niños en general, los encargados de llevar a cabo su propia falla.