''Barceló nos mintió, nos enteramos del cierre de los locales de ocio nocturno por los medios de comunicación''

El ocio de València está más apagado que nunca. La pandemia ha golpeado duramente a un sector que, acostumbrado a ser una parte fundamental de la cultura mediterránea durante los meses estivales, se encuentra en una situación límite tras el obligado cierre por la situación sanitaria, con el auge de los rebrotes.

Sobre esta situación nos habla Víctor Pérez, presidente de Fotur, la Federación de Ocio, Turismo y Juego de la Comunitat Valenciana 

Hay que recordar que nosotros cerramos voluntariamente 48 horas antes de que el gobierno decretara el cierre del ocio nocturno, fue entonces cuando presentamos una guía de seguridad, que posteriormente actualizamos para poder reabrir una vez pasado el estado de alarma. Desde entonces, hemos mantenido algunos contactos con las instituciones sanitarias, pero han sido poco satisfactorias, y posteriormente llegó el cierre. 

¿Cuántas veces os habéis podido reunir con la consellera de sanidad, Ana Barceló, y como ha sido este dialogo? 

Hemos mantenido dos videollamadas con la consellera. La primera a principios de verano, donde nos recomendó que no se celebraran los festivales de verano y luego tuvimos otra, donde tampoco se llegó a ningún avance. Posteriormente, nos reunimos , ya presencialmente, pero siguió sin haber ningún diálogo. Barceló faltó a su palabra, nos dijo que nos avisaría si se decretaba el cierre de ocio nocturno y nos tuvimos que enterar por los medios. Nos ha mentido reiteradamente. 

Este cierre fue aplaudido por algunos sectores de la población ¿se ha estigmatizado al sector? 

Los medios de comunicación se centraron durante un tiempo en los rebrotes que podían producirse en los locales de ocio, igual que ahora se centran en los que se puedan producir en los colegios. Nadie te puede garantizar que se vaya a producir un contagio en una discoteca a las cuatro de la mañana donde se cumplen las medidas de seguridad y no en el metro de camino al trabajo. El virus no duerme por el día y se despierta por la noche 

Somos los primeros que queremos que se cierre y hasta se quite la licencia a quien no cumple las normas. Pero hay que dejar clara una cosa, en el siglo XXI seguimos reclamando que hayan placas identificativas con cada tipo de sala. En València no hay más de 20 discotecas y lo que no se puede es confundir bares, cafeterías, pubs, un lounge o una discoteca. Las administraciones lo confunden y eso hace daño al sector. No se puede clausurar una fiesta en una nave ilegal y decir que se ha cerrado una discoteca, que es por ejemplo lo que ha pasado este verano en Xàtiva. 

Las discotecas son cultura, igual que el teatro o el cine. De hecho, Berklee College, que es la cuna de la cultura musical, forma a los dj. No se puede criminalizar a un sector que paga impuestos y a la SGAE. Estas distinciones solo evidencian la incompetencia de los que nos gobiernan. Todos deberíamos poder abrir, porque con medidas todos somos espacios seguros 

¿Sois entonces los sacrificados de esta pandemia? 

Es evidente que sí. Algo tiene que quedar claro, en las carreteras la gente muere y nos enseñan a a conducir, no prohíben conducir. Esto es exactamente lo mismo. Que se apliquen las medidas sanitarias necesarias pero no nos obliguen a bajar la persiana. 

Evidentemente. Los jóvenes van a seguir saliendo y quedando y eso lo sabemos porque todos hemos sido jóvenes. Y si no están en un local, con alguien que supervisa las distancias de seguridad y que te pones la mascarilla se trasladan a la vía pública o a casas privadas. Y de ahí la situación que se ha dado este verano, fiestas clandestinas en chalets y la proliferación de botellones por toda la ciudad. 

¿Cuáles son las medidas más urgentes de apoyo que se deben tomar? 

Se tienen que sentar con nosotros, pedimos cosas clara: Diálogo. Si hay cero ingresos, cero impuestos. Y si no hay ayudas, que nos permitan reabrir para poder vivir.

 El mayor problema es que, cuando quiten las restricciones más de un 60% de los locales no van a poder reabrir, porque llevan prácticamente 6 meses cerrados, pero pagando impuestos. Todo ello con el agravante de la incertidumbre y del no saber que va a pasar mañana. Este es un sector que tiene un impacto económico de 53 millones de euros y que va a afectar a muchas personas. Hay que pensar que cuando alguien va a salir de fiesta, va a la peluquería, se compra ropa, coge un taxi, sale a cenar. Es una cadena. 

¿Hay posibilidad de adaptar estos espacios u ofrecer otro tipo de servicios, donde encontrar un punto de encuentro entre administración y sector? 

Cabría la posibilidad de abrir, sin zona de baile ni música, pero nadie va a ir a un pub o una discoteca sin una ambientación musical o con una televisión en silencio. Además de que esto generaría competencia con otros sectores. En un restaurante se come y en un pub se escucha música y se toman copas. 

Los 23 festivales de la Comunidad Valencia se aplazaron primero para el otoño y posteriormente para el próximo año. En este sentido, es un sector que ha recibido diferentes líneas de ayuda, una por parte de Turismo de la Comunitat Valenciana, que tiene como objetivo mantener la estructura de los festivales de cara al año que viene y otra similar por parte de la Diputación de València, que también nos está respaldando. Al margen de esto, la situación es preocupante. El virus nos ha destruido como marca y recuperarnos de esta situación puede que nos cuesta entre 3 y 5 años. 

La Marina ha acogido tres ciclos de conciertos: Los de la pérgola, el festival de los 90 y las Nits al Carme, que se trasladó in extremis a la fachada marítima. Los de la pergola, han funcionado muy bien, porque son económicos, pero el resto no ha supuesto ganancias para el sector. Este no puede ser el modelo de festival que se quede. Una vez se encuentre una vacuna, esperemos poder volver a los festivales de toda la vida, si no lo que haremos será darle la victoria a la Covid-19. 

De momento nadie se ha atrevido a dar un paso en este sentido. Nos están diciendo es que las fiestas navideñas no se nos va a permitir juntarnos en casa a más de 6 personas y los restaurantes ahora la limitación está en 10. Es algo ridículo, pues se ha demostrado que en las casas es precisamente donde bajamos la guardia, mientras que en los locales se garantizan las medidas de seguridad. Esta situación lo que va a provocar es el efecto contrario.