El Teatro Flumen acoge el estreno mundial de 'Frau D.' creado por Triapasón Producciones
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Frau D.es la historia de la vida de una mujer obsesionada con la figura de Marlene Dietrich, que deambula por los callejones oscuros del siglo XX a la sombra de la estrella. Una mártir sensual, una cándida protesta, un taller de fracasos y la alegría de su familia de panaderos. Y, con un tesón de hierro, atraviesa épocas doradas y telones de acero para descubrir que la vida es un trocito de latón.
Creado por la joven compañía valenciana Triapasón Producciones, especializada en espectáculos musicales de contenido y dramaturgia contemporáneos, y planteamientos sociales actuales, pero revestidos de una estética clásica y visualmente muy poderosa,Frau D.es un musical que se enfrenta a los tiempos sombríos para liberarnos un rato de sus garras con la comedia más irreverente.
Ambientado en diferentes momentos icónicos del Siglo XX,Frau D.cuenta con la dramaturgia y dirección de Fernando Soler, la música y letra de las canciones originalescompuestas por Diego Alamar, y el protagonismo de Paola Navalón, una de las figuras más reconocidas y carismáticas de las generaciones emergentes del teatro musical valenciano. Junto a ella, Marta Estal y el propio Fernando Soler dan vida a los personajes que circundan la vida de la protagonista, narrada a través de una perfecta simbiosis escénica, que conjuga la tragicomedia narrativa con el arte surrealista y degenerativo, el cine expresionista alemán y la música con esencia de cabaret, pero también de gramola, de radio antigua, de micrófono circular
El Teatro Flumen acoge el 11 de junio y hasta el día 20 del mismo mes- el estreno en primicia de este nuevo musical, que desarrolla la historia de su protagonista de manera paralela a la de los principales acontecimientos del complejo y convulso siglo pasado, convirtiéndola en un símbolo de los mismos. Y lo hace, transitando por los recovecos estéticos y narrativos del Ángel Azul y de Von Sternberg, de Fassbinder y Fosse, de Weil y Brecht, pero, también, de Lubistch y Wilder. Y que fluye entre la lánguida melancolía de Lili Marlene y la pizpireta picardía de Sally Bowles, desembocando en la andrógina, enigmática y cautivadora imagen de esa Marlene Dietrich de chistera, cigarrillo y tacones, capaz de fascinar a generaciones enteras de hombres y mujeres, que soñaron con llegar hasta ella o, como es el caso de esta Frau D., de ser exactamente igual que ella.