Cuartel de San Juan de la Ribera, 150 años de solemne presencia en el Paseo de la Alameda
El origen de este Cuartel, de amplios jardines y situado muy cerca del Palau de la Música, lo encontramos en el exiguo convento del mismo nombre, el convento de San Juan de Ribera que se encontraba más o menos dónde se situaba la estación de Aragón. De este convento ya no solo este acuartelamiento militar de grandes dimensiones.
El convento de San Juan de Ribera era un monasterio de los monjes franciscanos descalzos, ubicado en unos terrenos propiedad del patriarca San Juan de Ribera. Fue construido durante el siglo XVII siendo finalizado en 1669. Ubicado dentro del barroco valenciano, este convento no era una gran construcción todo lo contraria: sus dependencias eran muy humildes y la calidad de su construcción dejaba mucho que desear tanto es así que en 1830 tuvo que ser reconstruido para evitar su derrumbe.
En 1867, después de la desamortización de Mendizabal, este convento fue convertido en Cuartel Militar de Caballería para ser demolido dos décadas después, en 1898 con el fin de construir la también exigua Estación de Aragón. Tan solo se salvó este Cuartel que hoy en día ocupa un amplio espacio en el Paseo de la Alameda otorgándole personalidad a esta elegante y carismática zona de la ciudad de València.
En realidad, se trata de construcción funcional y sobria, y tal y como recalcan desde arquitectosdevalencia.es, “de corte académico en la línea de la arquitectura de los ingenieros militares”. No hablamos solo de un edificio como cuartel si no de un conjunto de edificios separados por la calle Serrano Flores, formando de esta manera dos enormes manzanas rectangulares gracias al antiguo cuartel de Infantería y el antiguo cuartel de Caballería.
Aunque raramente se pueden visitar por dentro, en su interior encontramos pabellones edificados entorno a patios interiores que sirven de acceso a las diferentes dependencias militares. En sus patios se ofrecen formaciones castrenses. La parte más noble se sitúa cerca de la Alameda gracias a dos grandes patios de acceso separados de la avenida por una verja.
Sus fachadas son de zócalo de piedra y sus tejados de cubiertas de teja. Y aunque en la antigüedad el Cuartel de San Juan de la Ribera se encontraba afueras de la ciudad con el derribo de las murallas terminó ocupando una ubicación privilegiada en una zona considerada burguesa de la ciudad.