Convent Carmen, una apuesta revitalizadora para el barrio del Carmen
Cuando pronunciamos su nombre existe cierto parecido a Convent Garden, y la verdad no andamos muy mal encaminamos. Porque Convent Carmen bebe de otros espacios similares típicos en ciudades europeas como Londres o Paris. Un espacio que ha sorprendido a propios y extraños y que ipso facto se ha convertido en uno de los principales reclamos de este barrio de Ciutat Vella.
Si entramos en su web http://conventcarmen.com podemos comprobar su programación y hacernos una idea de cuáles son las intenciones de esta nueva apuesta cultural y de ocio en la ciudad: yoga, gastronomía, música, actividades infantiles, cine, presentaciones, jazz, documentales, charlas… y todo ello en un marco original y poco dado en España a estas bonitas blasfemias, un antiguo convento, concretamente el de San José y Santa Teresa que se levantó dentro de las murallas de la ciudad en 1609, ¡casi nada!
Francesc Rifé ha sido el encargado de diseñar este nuevo espacio enmarcado dentro de una joya arquitectónica de importante valor patrimonial en la ciudad y que había estado abandonado durante once años. Y es que al andar por su fachada este convento pasaba inadvertido lleno de pintadas y graffitis. Además en una segunda fase contará con un hotel dedicado al turismo sostenible.
Convent Carmen se encuentra coordinado por Santiago Máñez, Juan María Sánchez y por toda una estrella Michelín, el chef Miguel Ángel Mayor, que se encarga de la parte gastronómica y donde predomina la comida con tintes orientales. El horario de apertura de Convent Carmen es de martes a sábado de 11:00 a 21:00 horas y los domingos al mediodía.
La entrada al Convent impacta. Da la sensación de encontrarnos con una pequeña iglesia desmantelada donde se han llevado los asientos pero quedan los recovecos donde se situaban las diferentes imágenes de santos y vírgenes. El techo ha sido rehabilitado luciendo sus frescos y dorados. Un espacio que espera pronto llenarse de más exposiciones como puerta de entrada a gran espacio al aire libre con infinidad de mesas y sillas en varias alturas, cocinas prefabricadas, música y un interesante clima repleto de bombillas de luz. Un espacio con encanto que, seguro, servirá para revitalizar el barrio, que falta le hacía.