Cirilo Amorós, el encargado de derribar las murallas de Valencia
La polémica está servida: ¿fue justo o injusto el derribo de las murallas que rodeaban el centro histórico de Valencia? Desgraciadamente nuestra ciudad ha perdido con el paso del tiempo importantes tesoros arquitectónicos debido a malas decisiones e intereses urbanísticos pero en el caso de las murallas, ¿estuvo bien derribarlas?
En 1865 Cirilo Amorós, abogado y político español que llegó a ejercer como gobernador civil de Valencia, decidió a sus 35 años que debían derribarse las murallas con el fin de realizar el ensanche de la ciudad. Siguiendo una tendencia que estaba arrasando en otras ciudades de España y Europa que aún seguían conservando estas protecciones, al menos, desde época medieval.
Muchos aseguran que fue una decisión lógica y natural de adaptabilidad de la ciudad a los nuevos tiempos. Otros que para eso están los profesionales: el saber llevar a que una ciudad crezca aunque tenga murallas y que ambos aspectos convivan a la perfección. En Valencia ganó la primera opción.
¿Quién fue Cirilo Amorós?
La muralla medieval de Valencia rodeó la ciudad de Valencia desde que fue levantada por orden de Pedro el Ceremonioso entre 1356 y 1370 hasta su derribo en el XIX a iniciativa del Gobernador Civil Cirilo Amorós Pastor.
Abogado y nacido en Valencia, Amorós fue militante del Partido Moderado (que terminó extinguiéndose a finales del s. XIX por no tener ya representación en las Cortes).
Siempre fue una persona muy proactiva con la sociedad civil de la Valencia de la época interviniendo en multitud de actos, entidades públicas (fue socio fundador y presidente de Lo Rat Penat) o participando en proyectos empresariales como en el nacimiento de la Caja de Ahorros de Valencia, entre otros.
Fue gobernador civil de Valencia en 1865 y decidió apoyar los nuevos proyectos urbanísticos de la ciudad entre ellos solicitó la licencia a la reina Isabel II para el derribo de la muralla de la ciudad y crear las zonas del Ensanche. También fue el impulsor del asfaltado de las calles de Valencia y la creación del Cuerpo de Bomberos.
El 27 de febrero de 1887 falleció en su domicilio del número cuarenta y seis de la calle que hoy lleva su nombre en su honor.