El Convento de la Corona ocupaba lo que hoy es el Centro Cultural de la Beneficencia
Antes de que se edificara el Centro Cultural de la Beneficencia se halló en este emplazamiento el Convento de la Corona de Cristo, un gran complejo que al menos según documentos encontrados fue levantado en la primera mitad del siglo XVI, en concreto en 1538 y donde vivieron durante siglos las religiosas agustinas.
Este Convento de la Corona se encontraba pared con pared, adosado a la muralla cristiana que protegía la ciudad, y muy cerca de la Puerta de la Corona o Puerta de los Tintes, una de las tantas que tenía la muralla para su acceso a la ciudad de València. De hecho la fachada principal del Convento se abría a una pequeña plaza que actuaba por este lado como entrada al cap i casal. Por lo que podemos imaginar que por el actual Centro Cultural de la BeneficEncia transcurría la muralla desaparecida que protegía nuestra ciudad.
Más tarde las monjas que vivían en este convento se trasladaron a la calle del Mar, en concreto al Convento de Santa Tecla y San José, también desaparecido alrededor del año 1868 pero ¿por qué dejaron las monjas el Convento de la Corona por este hombre? Posiblemente porque en la zona del convento cada vez habían más burdeles. No hay que olvidar que València fue uno de los grandes lupanares medievales de toda Europa.
El Convento de la Corona fue adquirido por Gerónimo Ferrer en 1563 y éste fundó un Monasterio franciscano dedicado a la Coronación del Señor. Pese a este cambio siguió conociéndose como el de la Corona y de hecho aún hoy en día la calle dónde estaba situado sigue recibiendo ese nombre. Disponía de un pequeño claustro y algo usual por aquel entonces: una pequeña huerta en su patio interior.
Sin embargo tras tres siglos siendo ocupado por religiosas, poco a poco este convento cayó en desuso y a mitad del siglo XIX fue demolido tras hallarse en malas condiciones. Afortunadamente se creó en él el Centro Cultural de la Beneficencia que nos acompaña desde hace ya más de 160 años.