Así compró Valencia la Albufera
1911 marcó un punto y aparte en la milenaria historia de l´Albufera, el lago más grande de España y todo un orgullo turístico y medioambiental para los valencianos. Fue el año en el que ésta pasó a manos de la Generalitat Valenciana y por tanto propiedad de todos los valencianos para su uso y disfrute, dentro de unos márgenes por supuesto.
Tras la invasión napoleónica, José Bonaparte quedó anonadado de la belleza y la magnitud de este enclave natural, y decidió “regalársela” al mariscal Suchet que además fue nombrado Duque de la Albufera hasta 1818. Año en el cual el rey Fernando VII recuperó el trono y pasó de nuevo a ser un espacio de posesión real.
A partir de la década de los 30 de dicho siglo, empezó a extenderse el cultivo de arroz en la zona y la fauna empezó a diezmar hasta encontrarse básicamente la de caza menor. El 12 de mayo de 1865 el lago y la Dehesa pasaron a ser propiedad del estado, terminando con más de 600 años de propiedad real.
En 1911, tanto el lago como su Dehesa, pasaron a ser propiedad de la ciudad de Valencia tras una compra que no se gestó definitivamente hasta 1927 por un precio de 1.062.980 pesetas de la época. Una cantidad irrisoria dada la importancia medioambiental de la Albufera pero enorme en dicha época, tanto que fue pagada a plazos. Por aquel entonces, en España era rey de España Alfonso XIII, presidente del Gobierno José Canalejas, y alcalde de la ciudad de Valencia Ernesto Ibáñez-Rizo.