Benidorm, también existe en otoño
Y es que esta localidad alicantina, situada en la comarca de la Marina Baja, ha sufrido en las últimas décadas una de las transformaciones urbanas más radicales que se conocen. Atrás han quedado los años donde Benidorm era un pequeño y tranquilo pueblo pesquero –con apenas 200 vecinos a principios del S.XVIII- para albergar ahora a más de 70.000 habitantes, cifra que se dispara hasta los 100.000 si tenemos en cuenta los extranjeros no censados. Un crecimiento espectacular que ha supuesto para esta ciudad un boom económico sin precedentes en España.
A finales del S.XIX y principios del XX, pese a una tímida mejora en las comunicaciones con Alicante y Madrid, la crisis española afectó seriamente a Benidorm. La pérdida de las últimas colonias ultramarinas en 1898 (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y el destrozo de la agricultura de la vid por culpa de la filoxera, llevó a esta localidad a una importante desaceleración económica. Muchos de sus vecinos tuvieron que marchar a las costas de Cádiz y Barcelona, otros decidieron emigrar a Cuba. En los años 40, con una España que se recuperaba aún de los desastres de la Guerra Civil, los vecinos de Benidorm hicieron de la pesca su modus vivendi.
El 1956, el Ayuntamiento aprobaba el ordenamiento urbanístico de la villa con la finalidad de crear una ciudad concebida por y para el turismo. Amplias calles y avenidas con el mar como protagonista. Un modelo urbanístico pionero en la época donde el turismo se convertía en la principal seña de identidad de Benidorm y donde más tarde, en 1986, con la ampliación del Plan General de Ordenación Urbana, la localidad empezaba a atraer, no solo a turistas nacionales si no a los primeros europeos que llegaban al aeropuerto del Altet en Alicante dispuestos a dejarse calentar por el sol de las playas de Benidorm.
Pensar en esta ciudad mediterránea y pensar qué ver en Benidorm es pensar, inevitablemente, en sus playas. La de Levante y Poniente comprenden 6 kms de radiante arena, agua azul y olas limpias que la sitúan año tras año entre las mejores de Europa, debido al alto número de banderas azules con las que se les premia. Más de 5.000 hamacas observables desde un paseo marítimo rebosante de vida, sobre todo en verano, donde la noche y el día conforman 24 horas ininterrumpidas de paseos, charlas, bares y locales nocturnos. Un conglomerado de acentos españoles y otras lenguas que se mezclan para formar un ambiente intercultural de ocio y relax. Actualmente uno de cada tres vecinos es ya extranjero. En la zona norte de Benidorm, en el exquisito Rincón de Loix, los locales con cartelería exclusivamente inglesa abundan.
Pero no solo en esta exclusiva zona. Benidorm es consciente de la procedencia de sus turistas y sus establecimientos y servicios están orientados a que todo el mundo se sienta como en casa. Los ingleses, belgas y holandeses son los europeos que más eligen esta población de apenas 38 km², seguidos de franceses y alemanes. El 50% provienen de otras partes de España, sobre todo de Madrid y de Castilla y León. Aunque no solo de playas vive el hombre y no es lo único con lo que el turista puede disfrutar si decide elegir esta localidad para unos días de relax y/o diversión.
Qué ver en Benidorm
A la hora de elegir qué ver en Benidorm, se puede optar por la parte superior del pueblo antiguo, en lo alto del cerro Canflali, donde se sitúa la emblemática iglesia de San Jaime y Santa Ana que fue construida entre 1740 y 1780 tras el hallazgo de la Virgen del Sufragio, patrona de Benidorm. Esta iglesia llega a articular tres plazas, dos de ellas recayentes al mar y una tercera, la plaza de San Jaime, más urbana, en donde se encuentra el acceso principal al monumento. Otro importante es la Torre Punta del Cavall, también conocida como Seguró o Torre de les Caletes, una torre defensiva del siglo XVI situada en la Punta de las Caletas a escasa altura sobre el nivel del mar.
Y por supuesto no hay que irse de Benidorm sin visitar uno de sus numerosos parques temáticos que ofrecen al mar un complemente perfecto para pasarlo bien con los amigos o la familia. Terra Mítica, Terra Natura, Mundo Mar, Aqua Natura y Aqualandia reciben anualmente una gran cantidad de visitas en sus instalaciones al igual que lo hacen sus museos. El de cera, situado en la Avenida Mediterráneo, cuenta con más de 130 figuras de personajes emblemáticos de la historia. Dentro de él podemos encontrar el insinuante Museo de Arte Erótico. Y en el parque de L´Aiguera podemos encontrar el Museo agrícola que exhibe entre otras piezas, aperos de labranza, una noria de agua y un carro, un arado y otros instrumentos usados antaño para las labores agrícolas, recordando el pasado de lo que un día esta localidad de la Comunidad Valenciana.