Vacaciones siniestras: de Auschwitz hasta el Valle de la Muerte
Hay quienes prefieren perderse en islas paradisiacas del Caribe y recorrer largas y eternas playas. Los hay que prefieren visitar grandes metrópolis como Pekín. Londres o Nueva York en búsqueda del turismo urbano más moderno y cosmopolita. Otros, escogen las maravillas naturales que ciertos países de América Latina o África ponen a disposición del viajero. Y los hay quienes prefieren unas vacaciones diferentes. Destinos tétricos, cargados de oscuras leyendas -algunas verdaderas- donde la muerte, el misterio e incluso el silencio más aterrador son los protagonistas de estos singulares espacios.
Los aficionados a unas vacaciones siniestras tienen en alguno de estos lugares, los destinos predilectos.
- Auschwitz (Polonia)
Se encuentra en Polonia, a solo 43 kilómetros al oeste de una de sus capitales, Cracovia. Famoso por albergar el mayor y más famoso campo de concentración nazi, en él murieron más de un millón de personas, en su mayoría judíos. Auschwitz es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde finales de los años 70 y el turista puede contemplar en él aún restos de la barbarie nazi: cámaras de gas, cárceles, lúgubres duchas y barracones… el recuerdo de un capítulo de la historia reciente que nunca deberá repetirse.
- Isla de Poveglia (Italia)
Perteneciente a Venecia, Isla de Poveglia es un sitio ideal para pasar unas relajadas y siniestras vacaciones en los hostales de alrededor. También conocida como la isla de los muertos o la isla del no retorno, cuenta con una macabra y trágica historia de muerte y sufrimiento que tiene sus inicios en la época del Imperio Romano, en la cual se utilizó la isla para aislar a los enfermos contagiados de peste, utilizado con este fin durante muchos siglos más. En la Edad Media a la isla se llegaron a trasladaban tanto a los enfermos de peste negra como a los cadáveres de aquellos ciudadanos víctimas de dicha plaga. Los muertos eran incinerados, y a los enfermos se les dejaban abandonados a merced de su suerte.
- Sarajevo (Bosnia)
Aunque mucho ha cambiado en Sarajevo desde la Guerra de los Balcanes de los años 90, muchas zonas y poblaciones enteras siguen recordando aquellos trágicos años con marcas en edificios e inmuebles sin reformar que no dejan a sus propios vecinos curar las heridas de la guerra. Aunque de un tiempo atrás, otro ejemplo en Sarajevo son las instalaciones de los JJ.OO. de invierno de Sarajevo 84. Era la primera vez que una competición de ese nivel se celebraba en un país del bloque socialista y los Juegos supusieron un éxito enorme, participando 1.272 atletas de 49 países diferentes. Sin embargo la mala gestión económica del país y la posterior guerra, hicieron abandonar a su suerte a estas instalaciones
- Castillo del Conde Drácula (Rumanía)
Alimentado por la literatura y el cine, es un castillo ubicado en Transilvania y también conocido como el Castillo de Vlad el Empalador. No era vampiro, ni chupaba la sangre si no que Vlad empalaba con largas estacas de maderas a sus enemigos ejecutando así a más de 50 mil personas. Hoy en día, es uno de los lugares más visitados por todo turista que decide ir a Rumanía.
- Las catacumbas de París (Francia)
La eterna ciudad del amor después de la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o los Campos Elíseos, esconde también otros misterios y un lado oscuro que llama la atención de los menos románticos. Entre sus escondrijos, unas catacumbas que nada tienen que ver con la fama de la ciudad. Albergan hasta 7 millones de cadáveres y solo 1,5 km de ellas están abiertas al público. Existen entradas secretas a lo largo de París, por medio de las alcantarillas, el metro, etc…
- Kutna Hora (Praga)
Está situada a 81 kilómetros al este de Praga, Kutna Hora es una pequeña ciudad medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco lo que le asegura un buen número de turistas. Para los más morbosos, sobresale una capilla fabricada con huesos y una lámpara de araña hecha con restos óseos de 40.000 personas. Esta iglesia está levantada en los terrenos de un antiguo cementerio dónde se enterró a la gente de la zona muerta por la peste en el siglo XIV…
- La isla de las muñecas (México)
Al sureste de la capital de México, se encuentran los canales de Xochimilco y en ellos uno de los lugares más tétricos del Planeta donde planear unas vacaciones, la isla de las muñecas. En esta isla vivía Julián Santa Ana Barrera, un solitario hombre que se encargó durante toda su vida de coleccionar muñecas y colgarlas de los árboles. De carácter ermitaño y retraído, esta práctica empezó a ser constante en él con el objetivo de espantar las voces, gritos, lamentos y pasos que, aseguraba, se escuchaban en las inmediaciones de la isla desde que una joven se ahogó en un río cercano.
- El bosque de los suicidios (Japón)
En el famoso Monte Fuji de Japón, se encuentra el bosque de Aokigahara, más conocido como el bosque de los suicidios, de 3.000 hectáreas. En el bosque de los suicidios fácilmente se pueden encontrar en sus recovecos, huesos y cadáveres de la cantidad de japoneses que acuden a él para suicidarse, así como zonas con cordones policiales y zonas prohibidas. Y un enigmático cartel que dice: “Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”
- Valle de la Muerte
Es uno de los parques nacionales más visitados de los EEUU. Situado al este de Sierra Nevada, en el estado de California, es un gran parque situado en zona árida y contiene uno de los mayores relieves desérticos de la zona continental del país. Es también uno de los puntos más calurosos del planeta. Por ejemplo, el 10 de julio de 1913 se alcanzó el récord de 56,7 °C. Cuidado con perderse porque ocupa más de 13.000 kilómetros cuadrados.
